Ya nadie lo duda: el campo de la robótica está adquiriendo cada vez más protagonismo en nuestras vidas. Y en medio de la vorágine de modelos robóticos para comprar, armar, experimentar y exponer como trofeos, están los que se ponen a investigar; no se conforman con la «robótica cotidiana» a la que estamos todos acostumbrados. ¿De qué clase eres tú, amigo lector? Déjame que te ponga a prueba…
Tranquilo, no hace daño; esto es como el «test de las manchas» de Hermann Rorschach. Fíjate en la imagen de la derecha, ¿qué ves? Algunos dirían: «un doble eje para la tracción de un microbot«, «dos sensores ultrasónicos dispuestos en ángulo«, «un nuevo tipo de engranaje para oruga«,… Mmm, interesante. Yo, en cambio, veo un brazo robótico sin base.
Ahora, dejádme que os cuente un hipotético relato cotidiano que viene a mostrar el camino que sigue la investigación (más o menos) para la realización de un proyecto:
Un interesante documento publicado por alguien en el grupo de investigación «Construcción de brazos robóticos» provoca la atención de un miembro del grupo sobre el «Canadarm2«, el brazo robótico de la ISS, que se emplea para labores de logística en el espacio. Este miembro decide dar algo más de difusión a este tipo de innovación en brazos robóticos y publica en el grupo un par de enlaces donde se publica algo más de información e imágenes descriptivas sobre este tipo de tecnología, con la esperanza de generar algún tipo de comentario entre los miembros del grupo.
Su gran interés le hace inscribirse, también, en el grupo «Utilización de servos en robótica» para documentarse acerca de cierto tipo de servos que podría utilizar presumiblemente en su particular proyecto de «Canadarm2«. En este mismo grupo pregunta por las características de estos, mediante «correo interno», a uno de los miembros, un ingeniero que ha probado con este tipo de sensores.
Con esta información decide después contactar con otros dos miembros del grupo «Construcción de brazos robóticos» (uno que mostró interés en lo publicado por este sobre el brazo espacial y que dejó algunos comentarios, y el otro, por contar con algo de experiencia al haber desarrollado otro proyecto de caracteristicas similares, publicado en su página personal y que también publicó en el grupo), para proponerles la realización de un proyecto en conjunto basado en el brazo robótico de la ISS.
Asi pues, el proyecto se inicia con muy buenas perspectivas de llegar a buen puerto. Esto sucede así y en cualquier grupo de investigación que se precie.
Ahí va mi sugerencia: Ahora, cuando veas una «mancha» en algún sitio, imagina, recrea, lee, busca, pregunta, apunta, hazlo… pero no lo hagas solo.
La fuerza de la constumbre es fuerte, muy fuerte. Cuando estamos tan acostumbrados a una manera de ver las cosas, ya es difícil que veamos de diferente manera; nos cuesta «cambiar el chip«. Asi pues, cuando navegando en la red nos encontramos por casualidad con un grupo de personas unidas por una temática común en esto de la robótica, sucede que nos vemos tentados a cruzar «sin mirar la calle» y escribir el consabido «Miren, que tengo un problema, a ver si me lo pueden solucionar…» y le damos al «Enviar«; y encima, ni nos molestamos en mirar después las posibles respuestas (por supuesto, me incluyo por simple solidaridad).
En la sección 
Todomicrostamp 